
Los trabajos haussmanianos en París o las mejoras de infraestructuras en Londres a mediados del siglo XIX fueron respuesta consecuencia de epidemias que hoy día parecían impensables, sin embargo en pleno siglo XXI, el COVID-19 se expande de forma incontrolada. ¿Como afectará esto a nuestras viviendas, a nuestros lugares de trabajo, a nuestros espacios públicos?

Con el hastag #YoMeQuedoEnCasa nuestra vivienda se ha convertido en lugar de convivencia familiar, laboral, espacio social para video-llamadas, gimnasio e incluso lugar de ocio. Es ahora, con todas estas distintas formas de habitar el mismo espacio, cuando nos damos cuenta de todas las ventajas e inconvenientes que puede tener.

Cuando el espacio es pequeño, la flexibilidad y versatilidad deben primar ante todo. Elementos móviles y muebles transformables se convierten en un gran aliado para compartimentar o liberar superficies. Todos deben tener su intimidad para actividades que requieren concentración o por el contrario espacio liberado para el deporte, el baile, el juego…
El confort, unido a una buena iluminación natural e instalaciones de calidad harán que nuestra estancia continua en el mismo emplazamiento no sea un suplicio. En este sentido, la madera juega un gran papel, su color, su tacto, su olor… aportarán calidez y calidad a cada rincón contribuyendo a hacernos pasar estos momentos de una forma más llevadera.
Suelos de madera, muebles, una pared, un techo, son elementos al alcance de todos que aportarán además todas los beneficios del material a nuestro entorno.

Un espacio iluminado de forma natural y con una orientación adecuada nos permitirá un importante ahorro de energía. Si además contamos con vistas a un espacio agradable al que salir, un balcón, una terraza, un patio… el contacto con el mundo exterior estará más próximo y nos permitirá interactuar con nuestros vecinos manteniendo las distancias de seguridad pertinentes. Si estos espacios además, se revisten con madera será como si la naturaleza estuviera dentro de casa.

Ahora más que nunca tenemos tiempo de analizar nuestro hogares, nuestras necesidades, de pensar en casas más adaptadas a lo que nos ha tocado vivir, y como no… de pensar en la madera como un material de construcción apto para todos los públicos.