«La recta es del hombre, la curva es de Dios» Antoni Gaudí
De todos es sabido que las formas curvas en Arquitectura contribuyen al acondicionamiento acústico de cualquier espacio. Si a la forma se suma la cualidad acústica del material, el resultado puede llegar a sorprendernos como en el caso de la madera.
Pensamos generalmente en revestimientos planos de madera por la aparente dificultad del material para ser curvado, sin embargo los avances tecnológicos y el ingenio del proyectista, permiten llevar a cabo revestimientos sinuosos que no dejarán indiferente a nadie.
Entre las opciones más simples para revestir una superficie curva con madera encontramos los tableros flexibles contrachapados y los tableros de fibra, que presentan en su trasdós canales vacíos de distintos anchos y separaciones. El radio de curvatura que puede con ellos conseguirse es variado así como el sentido en el que curvan, cóncavos o convexos.
Como recurso recurrente para acentuar las formas y crear un ritmo que la acompañe encontramos la opción de las
superficies alistonadas. Maderas con distintas secciones y separaciones que se disponen sobre la superficie curva a revestir y que mediante el vacío entre listones, facilitan esa imagen aún mas cerrada de la forma curva.
La opción de los
tableros flexibles de bambú GUBIA CV PLY5, como los empleados en el techo curvo del Colegio Retamar de Madrid es otra alternativa: tableros compuestos por chapas de bambú prensadas con colas flexibles que permiten la flexión y torsión del material.
Ver fuente